El apoyo militar impulsa la ciencia antártica chilena
1 ene
2016
El
apoyo de las fuerzas armadas de Chile está impulsando el desarrollo de la
ciencia antártica de este país, según destacan los investigadores que integran
la expedición que estos días trabaja en el remoto Glaciar Unión, un inhóspito
paraje situado a mil kilómetros del polo Sur.
"Gracias
a esta mezcla cívico-militar que hemos logrado hacer en Chile hemos logrado
construir una ciencia poderosa y bien vista a nivel mundial", subrayó el
investigador del Instituto Antártico (INACH) Jorge Gallardo.
Chile
empezó a instalar bases navales en el territorio antártico en 1947 para apoyar
su aspiración soberanista, pero con el transcurrir de los años se han ido
transformando en instalaciones científicas que en muchos casos comparten el
mismo espacio que los recintos militares.
La
primera expedición antártica chilena puso rumbo a las islas Shetland del Sur
hace ahora casi siete décadas con el objetivo de recabar información geológica,
de la flora y fauna y de la geografía de un territorio que por entonces
comenzaba a descubrirse.
Hoy
día Chile utiliza sus bases antárticas como plataforma para desarrollar la
investigación polar, especialmente en lugares que encierran un gran interés
científico.
Las
instalaciones más importantes son las bases "Profesor Julio Escudero"
y "Guillermo Mann", ambas del Instituto Antártico Chileno (INACH);
"Arturo Prat" (de la Armada), "General Bernardo O'Higgins"
(del Ejército) y "Gabriel González Videla" (de la Fuerza Aérea).
Pero
también apoyan a los investigadores en las expediciones a los lugares más
recónditos del continente blanco, como el Glaciar Unión, un gélido e inhóspito
paraje situado a 79 grados de latitud sur, a 1.080 kilómetros del Polo Sur, que
encierra un extraordinario valor para la ciencia.
Organizar
una misión científica al Glaciar Unión es una tarea de gran envergadura que
pone de manifiesto el avance de la ciencia antártica chilena, a la altura de
potencias expedicionarias como China, Gran Bretaña y Estados Unidos.
"Hay
muchos países que se acercan a nosotros a través del Instituto Antártico
Chileno para realizar campañas científicas", destaca Jorge Gallardo, jefe
de la expedición científica.
El
viaje a Glaciar Unión "es a la vez un desafío científico y personal",
considera este investigador, quien asegura que misiones de esta envergadura son
posibles "gracias al apoyo de los otros operadores antárticos".
Los
exploradores del Ejército, los aviones de la Fuerza Aérea que prestan apoyo y
el personal de la Armada que opera en la base hacen posible que los grupos de
científicos puedan trabajar en el terreno durante varias semanas recogiendo
muestras que luego serán analizadas concienzudamente en el laboratorio.
El
Glaciar Unión -al que Chile mandó una misión por primera vez en 2014- es un
lugar inexplorado. "Nos enfrentamos a la posibilidad de que pase algo y de
encontrarnos con cosas que nadie más ha encontrado", reconoce Gallardo.
La
investigación del continente blanco puede ofrecer soluciones a problemas que se
plantean en la medicina, la industria y otras actividades económicas.
"La
Antártica ha estado separada del continente americano desde hace casi 30
millones de años. Ese aislamiento geográfico, junto con unas condiciones
climáticas extremas ha originado una evolución diferente de los organismos que
viven ahí", explica.
"Los
lugares a los que vamos no han sido visitados nunca. Lo que pretendemos es
encontrar bacterias que nos puedan proporcionar genes resistentes a condiciones
ambientales extremas", agrega el jefe de la expedición organizada por el
Instituto Antártico Chileno.
Glaciar
Unión es un lugar muy seco, prácticamente un desierto. Los microorganismos que
viven rodeados de millones de toneladas de hielo paradójicamente pueden ayudar
a la ciencia a enfrentar mejor problemas como las prolongadas sequías.
Pero
también la Antártica marina, esa otra zona del continente situada en la
península y en archipiélagos como las islas Shetland del Sur es un paraíso para
la investigación científica.
"Allí
hemos encontrado bacterias que producen antibióticos naturales", detalla
Jorge Gallardo. "Puede haber una gran diversidad de bacterias que sean
capaces de resolver el problema de la resistencia a los antibióticos en la
medicina", señala.
Para
el común de los ciudadanos, resulta difícil imaginar que puedan existir
organismos que viven a 50 grados bajo cero y en ausencia total de
precipitaciones. Es algo que parece propio de otro plantea, reconoce el
científico del INACH.
"Por
el momento no tenemos ningún proyecto de exobiología, pero pretendemos que en
el futuro se incorporen a esta expedición proyectos que vean cosas relativas a
cómo pudo haberse originado la vida en la Tierra o cómo puede estar
evolucionando la vida en otros planetas", apunta Gallardo.
Fuente: http://noticias.terra.cl/ciencia/el-apoyo-militar-impulsa-la-ciencia-antartica
chilena,56f810656430a30b7cc56186bcef5230ut9dbvga.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario