Michel
Temer se salva de un juicio gracias a claro respaldo de los diputados brasileños
El presidente
brasileño, Michel Temer,
realizó el miércoles una verdadera demostración de fuerza política pese a su
impopularidad récord, al lograr que la Cámara de Diputados bloquee por clara
mayoría una acusación de corrupción en su contra.
La posibilidad
de juzgar a Temer como presidente fue rechazada por 263 diputados, frente a 227
que se pronunciaron a favor y dos abstenciones.
Para ser
aprobada, se requería una mayoría calificada de dos tercios, o 342 de los 513
escaños. En ese caso, el Supremo Tribunal Federal (STF) hubiera examinado el
caso y, de admitirlo, Temer hubiera
sido apartado de su cargoen espera del fallo final.
Temer sale fortalecido de la prueba, y con
espacio para retomar su programa de ajustes, con el cual se propone recuperar
la confianza de los mercados, en momentos en que el país emerge de dos años de
recesión, con 13,5 millones de desempleados.
Después de
haber bloqueado el techo de gastos por 20 años y flexibilizado la legislación
laboral, su mayor desafío es ahora la reforma de las jubilaciones, que
requerirá de una mayoría cualificada de tres quintos en la Cámara y en el
Senado, por tratarse de una reforma constitucional.
En una
alocución televisiva tras el voto, Temer
afirmó que la Cámara “se manifestó de forma clara e incontestable” y
prometió proseguir con “todas las acciones necesarias para sacar al país de su
peor crisis económica”
“Haremos mucho
más poniendo nuestras cuentas en orden, de forma definitiva y equilibrada”,
agregó.
Ya con la
tendencia de la votación perfilada, la Bolsa de Sao Paulo cerró con ganancias
de 0,93%, a 67.135 puntos, alcanzando el nivel previo a la crisis que estalló
en mayo.
El resultado
de la votación demuestra que Temer
cuenta con “números suficientes para movilizar a su base para votar reformas
importantes”, dijo a la AFP el analista Gesner Oliveira, de la
consultora GO Associados.
Esta crisis se
produce menos de 15 meses después de la caída de la presidenta de izquierda
Dilma Rousseff, destituida por el Congreso por manipulación de las cuentas
públicas y reemplazada por Temer, quien era su vicepresidente.
El dominio de Temer
en el Congreso contrasta con su
popularidad de apenas 5%, la peor desde el retorno de la democracia en
1985, según un reciente sondeo Ibope. Un 81% de los brasileños está de acuerdo
en que el mandatario sea juzgado, de acuerdo con el mismo instituto.
Pero hasta
ahora las calles no se han movilizado, contrariamente a lo ocurrido durante el
impeachment de Rousseff, cuando millones de personas reclamaron en varias
ciudades su partida.
Riesgo de
nuevas denuncias
Temer fue
denunciado de corrupción pasiva por el fiscal general, Rodrigo Janot, después
de que a mediados de mayo se divulgaran una grabación y un video.
En la
grabación de una conversación entre Temer y el dueño del gigante de la
alimentación JBS, Joesley Batista, el
mandatario parece avalar la entrega de un soborno al encarcelado
exdiputado Eduardo Cunha para
comprar su silencio.
El video
muestra al entonces diputado Rodrigo Rocha Loures, un cercano asesor de Temer, cargando una maleta con 500.000 reales (unos
150.000 dólares). Según la delación de Batista, el dinero era parte de un
soborno ofrecido al presidente para favorecer los negocios de la empresa.
Temer, del
partido PMDB (centroderecha), y sus defensores afirman que la acusación es una
“ficción” construida para perjudicarlo y amenazar la reconstrucción del país.
La oposición
acusa a Temer de haber liberado en las últimas semanas cuantiosos fondos para
proyectos de diputados vacilantes.
Janot también podría inculpar a Temer de obstrucción a la
justicia y de organización para delinquir.
Gesner
Oliveira duda que ello ocurra, debido a la contundencia de la victoria de Temer
y al hecho de que el fiscal general concluye su mandato en septiembre.
“Si la
victoria hubiese sido débil, o con manifestaciones callejeras, existiría
espacio político” para nuevas acusaciones, afirmó.
Temer ya perdió seis asesores de rango ministerial salpicados
por el escándalo Petrobras y tiene a otros ocho bajo investigación del máximo
tribunal.
Decenas de
legisladores de casi todos los partidos se hallan además bajo el foco de la
Operación Lava Jato, que investiga una vasta red de sobornos en la estatal
Petrobras.
Durante la
sesión del miércoles, hubo momentos de tensión y se registraron empujones
cuando diputados opositores arrebataron a partidarios de Temer muñecos que representaban
al expresidente de izquierda Luiz
Inácio Lula da Silva (2003-2010) vestido de presidiario.
El ex líder
sindical fue condenado recientemente a casi 10 años de cárcel por corrupción
pasiva en el marco del escándalo Petrobras, pero apela la sentencia en
libertad.
DEL BLOG: Aunque no lo crean, la política brasileña es una vergüenza,
todos los que están en el poder están comprometidos, entra uno y tiene que
salir por sus pecados cometidos, ni el papa los salva.
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