del Norte acepta reunirse el martes con
representantes de Seúl.
Corea del Norte aceptó la propuesta de
Seúl de que ambas naciones retomen el contacto a alto nivel el próximo martes
en el enclave de Panmunjom, en la Zona Desmilitarizada (DMZ) que marca la
división de las dos naciones, confirmando la nueva y sorprendente dinámica que
se ha instalado en la Península, que ha quebrado la espiral de tensión a la que
se asistía desde hace meses.
"Los dos lados han decidido discutir asuntos de trabajo (previos) a
las conversaciones e intercambiar documentos", explicó un portavoz del
ministerio de Unificación surcoreano, Baik Tae-hyun, en una reunión con la
prensa local.
Aunque de estas palabras se induce que este encuentro
sólo será un primer paso para reactivar el diálogo formal, su celebración
adquiere un enorme simbolismo ya que supone recuperar el contacto a alto nivel
entre los dos países que quedó suspendido en diciembre de 2015.
El espíritu conciliador que parece primar desde que Kim
Jong Un pidió "mejorar las relaciones entre las dos coreas" en su
discurso de Año Nuevo y se mostró partidario de que Corea del Norte participe
en los Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollarán en PyeongChang -una
localidad surcoreana que se encuentra ubicada a 80 kilómetros de la DMZ-, se
reforzó después de que el presidente surcoreano, Moon Jae In, convenciera a su
homólogo estadounidense, Donald Trump, de que se suspendieran las maniobras
militares conjuntas que coinciden con los Juegos Olimpicos y Paraolímpicos.
Ambos mandatario hablaron el jueves por teléfono durante
30 minutos, informó la oficina de Moon Jae In.
"Sería una gran ayuda hacer que los Juegos Olímpicos
de PyeongChang sean las Olimpiadas de la paz y su éxito quedaría garantizado si
aceptas retrasar las maniobras conjuntas durante ese periódo", le pidió
Moon, según las palabras exactas citadas por un representante de su oficina,
algo que Trump aceptó.
El departamento presidencial surcoreano indicó que Trump
está evaluando el proceso de diálogo entre las dos coreas y que dijo que
"espera que obtenga buenos resultados" y apoya "100 por 100 a la
administración Moon".
"Durante el proceso de diálogo mantendremos
consultas con EEUU y estamos seguro de que contribuirá a crear una atmósfera de
diálogo entre EEUU y Corea del Norte para resolver el asunto nuclear
norcoreano", añadió Moon.
Los ejercicios Foal Eagle y Key Resolve -sus nombres en
inglés- son ya una tradición anual de ambos ejércitos, movilizan a cientos de
miles de militares de las dos nacionalidades y un espectacular despliegue de
parafernalia bélica, en especial de EEUU.
Esas prácticas siempre suelen ir acompañadas de un
incremento en la tensión entre las dos coreas, ya que Pyongyang considera que
simulan una invasión o ataque contra su territorio.
Su interrupción es uno de los elementos claves de la
propuesta china, que aboga por la paralización de estas maniobras a cambio de
que Corea del Norte también deje de realizar ensayos de misiles o nucleares.
La proposición surcoreana -al menos hasta este preciso
instante- tan sólo contempla retrasar los ejercicios hasta después de las
Olimpiadas, no su total suspensión.
El propio secretario de Defensa de EEUU, Jim Mattis,
indicó que se trata sólo de un "asunto práctico". "En ocasiones
hemos cambiado las fechas de estos ejercicios por distintas razones",
aclaró.
Pese a las enormes expectativas que han generado las
conversaciones entre ambos estados, la historia recuerda que el último periodo
de distensión entre las dos Coreas durante la llamada Política del Amanecer que
inició el presidente Kim Dae-jung y continuó el mentor político de Moon Jae In,
Roh Moo-hyun, no sólo no resolvió las diferencias mutuas sino que al darse por
fallido, Corea del Norte ya disponía de armas nucleares.
Sin embargo, muchos en Seúl cuestionan también la
política de "máxima presión" que apadrina Donald Trump y sus
repetidas amenazas de una guerra nuclear, cuyas primeras víctimas serían los
surcoreanos.
Después de haber criticado en el pasado a Seúl por sus
ofrecimientos de diálogo a Pyongyang, Trump intentó atribuirse en las últimas
horas el mérito de este giro en la situación de la crisis coreana por medio de
un tuit.
"Ahora que todos los 'expertos fracasados' se están
pronunciado sobre el tema ¿alguien cree realmente que se desarrollarían las
conversaciones y el diálogo si yo no hubiera sido firme, fuerte y (no hubiera
estado) dispuesto a emplear todo nuestro poder contra el norte?", escribió
en la red social.
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