jueves, 30 de junio de 2016

"Locos" de Chile

Una "batalla naval", homicidios y armamento prohibido: Lo que esconde la "guerra del Loco"
Por: DLSOTOLEPE DEL BLOG
Hace dos semanas, un buzo fue rescatado luego de que sus compañeros le cortaran la manguera de oxígeno para poder escapar tras ser sorprendidos extrayendo ilegalmente el producto. Hasta el momento existen más de 30 denuncias en la Armada y 10 investigaciones en la fiscalía regional de Los Lagos.

SANTIAGO.- Se podría decir que el hurto del cotizado molusco "loco" –cuyo nombre científico es Concholepas Cocholepas- lleva décadas ocurriendo en las costas de la Región de Los Lagos, pero fue la semana antepasada cuando se hizo conocido en todo Chile a raíz del abandono de un pescador, al que sus compañeros le habrían cortado su manguera de oxígeno para escapar mientras estaba sustrayendo el producto desde el fondo del mar. La fiscal jefe de Maullín, Ana María Agüero, quien investiga todos los casos tras ser designada por el fiscal regional Marcos Emilfork, explica que hace  10 años cuando las cosas pasaron a mayores, desatándose lo que se conoce como la "guerra del loco". Fue en esa época cuando se entregaron las áreas de manejo de este recurso marino a sindicatos de pescadores previamente organizados e inscritos en el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca). Hoy existen más de 100 parcelas marinas explotadas por distintos sindicatos. Pero esta práctica generó la aparición de grupos ilegales que sustraen el producto de estas parcelas por su alto valor en el mercado. Esto significó –en paralelo- la creación de equipos de resguardo de los propios pescadores beneficiados con las áreas sustracción. Lo anterior produjo también que los delitos se multiplicaran, incluyendo lesiones, porte y tenencia ilegal de armas de guerra y municiones, delitos tributarios e incluso una verdadera "batalla naval" y homicidios. La persecutora tiene más de 10 causas a su haber con casi un centenar de personas involucradas.

"Todas estas causas son por distintos delitos, como por ejemplo un homicidio ocurrido en noviembre del año pasado. Años atrás en Carelmapu y en Ancud también hubo asesinatos", afirma. Agüero añade que estos ilícitos han ocurrido en el mar, "lo cual los hace más difíciles de investigar, porque es más difícil obtener pruebas". Cambio en la estrategia de investigación El 25 de enero de 2014 se produjo un "combate naval", cuando una lancha en que iban varios delincuentes –provenientes de Ancud- llegaron hasta el sector de Estaquilla, produciéndose un enfrentamiento en el mar con una embarcación de pescadores que resguardaba la seguridad del área de manejo y que terminó cuando la nave invasora embistió a la otra, destruyéndola. "Prácticamente la destrozaron y esa fue la primera causa que dio origen a que la Fiscalía tomara cartas en el asunto y logramos una condena. Esa fue una investigación bastante difícil, pero logramos determinar qué lancha embistió al bote de vigilancia, que tenía cuatro personas en su interior", revela. Agüero agrega que ese hecho, además provocó que el fiscal Emilfork decidiera dar más importancia a este delito y definirlo como una de las prioridades de su gestión, firmando también un protocolo interinstitucional con Sernapesca, Policía de Investigaciones, la Armada y Carabineros, con el fin de combatir este delito. Modus Operandi y plan antirobos Desde ese año la sustracción del "loco" comenzó a ser estudiado, descubriéndose que abarcaba más delitos que sólo el hurto del producto. También se descubrió cómo operan las bandas ilegales que se dedican al robo de estas especies desde las áreas de manejo y posterior conservación y venta en el comercio ilegal. "La dinámica de cómo se comete este delito es en horas de la noche, en lanchas rápidas con motores que superan los 50HP y los 100 HP, que se les conoce comúnmente como 'pangas', porque incluso superan la velocidad de las lanchas patrulleras de la Armada. Salen de Ancud a las 10 u 11 de la noche. Entonces es muy difícil sorprenderlos y cuando son encontrados, se deshacen del producto en el mar y es difícil determinar la cuantía y por qué delito se puede acusar", sostiene la persecutora.

Al respecto el capitán de Corbeta Octavio Valenzuela, capitán de Puerto de Maullín, señala a Emol que hasta este mes llevan 30 denuncias y que es complejo sorprender en flagrancia a los ladrones debido a las largas distancias. "Eso es lo más complejo de este delito, porque las áreas donde se produce el hurto del recurso 'loco', las distancias desde alguna unidad marítima para dar auxilio son demasiado prolongadas en tiempo para nosotros poder llegar al área", advierte. El oficial revela, eso sí, que la institución ya ideó un plan para mitigar ese problema. Este consiste en el despliegue de unidades marítimas en forma permanente en el área desde la cual se produce el hurto. "Ese plan ya comenzó y hemos tenido resultados en el primer semestre. Hemos incautado cuatro embarcaciones menores, cinco personas detenidas y 1.773 unidades de recurso loco decomisadas", revela. En ese sentido, Valenzuela añade que lo anterior fue gracias al despliegue de dos lanchas rápidas con capacidad de realizar interceptaciones y captura de embarcaciones en el mar, y su personal tiene entrenamiento para realizar los arrestos. Baja penalidad Pero la fiscal Agüero advierte que todos los detenidos en estos casos reciben penas muy bajas, pues la sanción empieza con penalidad de hurto. En el Código Penal se dice que el hurto se sanciona con una pena en concreto dependiendo de la Unidad Tributaria Mensual (UTM).

"Es decir que si la especie que usted hurtó tiene valor de media a 4 UTM a usted se le va a sancionar con una pena de 61 días a 541 días de presidio. Si supera los 4 UTM sube de 540 a tres años y así sucesivamente", explica. La persecutora añade que otro problema de la norma es que "se remite a la cuantía, porque si por ejemplo usted es sorprendido con 'locos' robados y usted los tira al mar, yo tengo que probar cuántos sacó y si no lo puedo probar es letra muerta el delito. Además debo probar de qué área de manejo es la especie". "Es de muy difícil prueba y si uno llega a probarlo la pena igual es baja. Entonces no es un disuasivo para que se siga cometiendo este delito en el mar. Pero antes no se investigaba porque no existían denuncias y ahora la gente se está atreviendo a denunciar. Éste fenómeno delictual que creo que no se replica en ninguna parte de Chile. Al menos no con esta intensidad", finaliza.

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