Ronda Rousey: 'Soy una gran nerd'
Tiene
28 años y se ha hecho famosa por su brutal habilidad como luchadora de artes
marciales mixtas y campeona de la liga UFC. Pero fuera del octágono también
inspira respeto, gracias a su férrea defensa de las mujeres. Aquí cuenta parte
de su historia.
Por: Marcelo
Córdova 12 de septiembre del 2015 / 02:50 Hrs
“Tengo
un término para referirme a la clase de mujer en la que mi madre no quería que
me convirtiera. La llamo ‘la-perra-que-no-hace-nada’. Es el tipo de chica que
sólo intenta ser linda y que la cuide alguien más. Por eso creo que es
hilarante cuando la gente dice que mi cuerpo se ve masculino. Sólo porque mi
cuerpo fue desarrollado para un propósito distinto a acostarse con millonarios,
no significa que sea masculino. Creo que es femeninamente espléndido, porque no
hay ningún músculo de mi cuerpo que no tenga un propósito. No soy
una-perra-que-no-hace-nada”, fueron las palabras que aparecieron en una
pantalla en un concierto de Beyoncé, justo antes de que empezara el tema Diva.
La frase no era de la cantante, sino que una cita de una mujer que en el último
tiempo, y contra todo pronóstico, no sólo se ha vuelto muy popular, sino que se
ha convertido en un ícono feminista: Ronda Rousey.
“La
mujer más peligrosa del mundo”, “La atleta más dominante del planeta”, “La
feminista más dura”. A sus 28 años, Ronda Rousey está acostumbrada a leer estos
apelativos en medios como Rolling Stone y Sports Illustrated.
Esta californiana es la mayor estrella de las artes marciales mixtas: es
campeona de la categoría peso gallo de la popular liga UFC, su récord
profesional es de 12 peleas e igual número de victorias y en la última defensa
de su título realizada en agosto, tardó sólo 34 segundos en noquear a la
retadora brasileña Bethe Correia.
La
expectación por esa pelea fue tan alta que sólo en Estados Unidos 900 mil
personas pagaron por verla en el sistema pay per view. El origen de este
fenómeno es claro: Rousey ha convertido su cuerpo de 61 kg en una máquina de
combate y despliega algunos de los golpes más brutales jamás vistos en los
octágonos de la UFC. A eso hay que sumarle sus famosas llaves de brazos, con
las que dobla los codos de sus oponentes hasta que el dolor las obliga a
rendirse. Esa fue la técnica que usó en febrero contra Cat Zingano, quien
claudicó en 14 segundos, la sumisión más rápida en una pelea por un título de
la UFC.
Su
popularidad también la ha llevado a Hollywood y la luchadora ya está
incursionando en películas como Rápidos y Furiosos 7. “Es una bestia. Es
la mayor atleta con la que he trabajado en mi vida. Es una en un millón”,
afirmó Dana White, presidente de la UFC, a Rolling Stone. El ejecutivo
atribuye a Rousey gran parte del éxito de la liga –hoy incluso existe el canal
televisivo UFC Network dedicado a la liga y que está disponible en Chile- pero
afirma que el respeto que inspira la peleadora va más allá: “No sólo es
hermosa, sino que inteligente y muy promujeres. Además es sicóticamente
competitiva”.
Rousey
también se ha ganado la devoción del público al encarar directamente a quienes
abusan de las mujeres y defender su apariencia como un tipo distinto de
femineidad. Un ejemplo: en julio ganó el premio ESPY en la categoría “mejor
peleador/peleadora”, y al recibir el trofeo habló del campeón de boxeo Floyd
Mayweather Jr., quien ha sido arrestado varias veces por violencia familiar:
“Me pregunto cómo se siente al ser noqueado por una mujer”, dijo. Rousey no se
quedó en eso y en agosto aseguró que en una pelea sin reglas lo destrozaría.
En poder de la madre
En
1984, AnnMaria De Mars se convirtió en la primera persona de Estados Unidos en
ganar una medalla de oro en el campeonato mundial de judo. Veinticuatro años
después, y tras entrenar desde niña, su hija Ronda ganaría la medalla de bronce
de la misma disciplina en los juegos olímpicos de Beijing. Hoy, De Mars
acompaña a la campeona y la reconforta tras cada combate. “Ella siempre ha sido
una inspiración para mí. De hecho, solía saltar de improviso sobre mi espalda
cuando me sorprendía viendo televisión o cuando me relajaba en la cama. Se
escabullía por detrás y me aplicaba alguna llave asfixiante. Por eso es que
hasta hoy me pongo nerviosa cuando tengo algo de espacio a mi espalda; casi
siempre espero verla saltándome encima”, dice Rousey desde Estados Unidos.
-¿Cree que su determinación fue una buena guía para sobrevivir en la
UFC?
Me
gusta creer que ella no sólo me moldeó físicamente sino que mentalmente para
ser una peleadora, ya que no sólo es una campeona de judo, sino que una experta
en sicología educacional y obtuvo un doctorado en la Universidad de California
en Riverside. Si alguien sabe cómo moldear una mente joven para que se
convierta en la de una campeona, es ella.
Nadie,
salvo su madre, pensaba que Rousey se convertiría en una figura internacional
cuando niña. Nació estrangulada por su propio cordón umbilical, lo que privó de
oxígeno a su cerebro. No dijo su primera frase hasta los seis años y, aunque
hoy habla normalmente, de chica casi nadie le entendía. AnnMaria De Mars y su
padre Ron –un ejecutivo del sector aeroespacial- se mudaron a Dakota del Norte
para estar cerca de los expertos en problemas lingüísticos de la Universidad
Minot State.
Fue
diagnosticada con apraxia, desorden neurológico que altera el habla, pero que
se puede superar con terapia. Su frustración era tanta que un día le dijo a su
madre: “Soy tonta. María y Jennifer -dos de sus tres hermanas- tienen las
palabras. Yo no las tengo”. De Mars simplemente le contestó que era muy
inteligente y con el tiempo Ronda empezó a sobresalir en disciplinas no
verbales como matemáticas, ciencia y arte. En mayo recordó su problema de
infancia e hizo un llamado vía Facebook para que los padres se informen sobre
la apraxia. No es la única vez que ha mostrado que le interesa tener un rol más
público en áreas distintas al deporte: en 2014 recaudó dinero para una
fundación que trata desórdenes alimentarios, ya que ella misma fue bulímica
cuando se obsesionó con lograr un buen peso para pelear. Incluso, subió
intencionalmente siete kilos para aparecer en la revista Maxim
porque no quería mostrar una apariencia “poco saludable”.
-¿Ser un ejemplo es importante para usted?
No
me gusta considerarme un modelo a seguir. Es el tipo de cosas que otras
personas dicen de ti. Hago mi máximo esfuerzo, pero tengo un conflicto interno,
porque siento que esa imagen es moldeada por gente que no conozco, así que no
tengo ningún control. Sin embargo, si puedo ser un buen ejemplo para la gente,
estoy feliz, aunque definitivamente no es algo fácil y es mucha presión.
En
1995, y tras sufrir una lesión degenerativa producto de un accidente, el padre
de Ronda se suicidó. Su refugio fueron las artes marciales, aunque su recuerdo
revela su faceta más sensible. “Tengo un tatuaje en mi pie que dice ‘Cada
segundo’. Todas las cosas en tu vida te moldean, lo bueno y lo malo, y
por eso es que cada momento importa”, reflexiona.
Bajo
la guía de su madre perseveró y todo lo que hacía en su tiempo libre era
practicar judo. A los 16 años sus brazos eran tan musculosos que sus compañeros
la apodaban “Miss hombre” y se burlaban de que sus orejas quedaban arrugadas,
como una coliflor tras cada combate. Aunque una depresión posterior a
Beijing la llevó a trabajar en un bar y a vivir en su propio auto, finalmente
decidió probar suerte en las artes marciales mixtas. Eventualmente, llegó a la
UFC en 2012, liga que hasta su arribo ni siquiera tenía una división femenina.
-¿Qué siente cuando los medios la califican como “la atleta más
dominante”?
Sabía
que tenía el potencial para llegar a ser una gran atleta y realmente quería
convertirme en una. Simplemente me sorprende la manera en que el mundo ha
tomado nota de todo esto.
-¿Qué cambios ha visto en las artes marciales mixtas? ¿Cree que las
mujeres tienen mucho por progresar?
Para
mí, la transformación más significativa ha sido la adición del término
‘femenino’ junto a la categoría de una pelea cuando se anuncian las
peleadoras. Antes los combates eran presentados sólo como categoría ‘gallo’ o
‘peso paja’, no como ‘peso gallo femenino’ o ‘peso paja femenino’. Parece un
cambio pequeño, pero cuando se produjo me emocioné. Definitivamente siento que
las mujeres tenemos un largo camino por recorrer en este deporte. Hay mucho
trabajo por hacer,pero es grandioso cuando eres parte de su evolución.
-¿Qué le diría a las mujeres que quieren volverse luchadoras
profesionales en la UFC?
Mi
consejo es que simplemente que todas tienen el derecho a estar ahí. Pueden
alcanzar esa meta pero tendrán que trabajar mucho más duro que el resto para
merecerla.
Sus planes futuros
Un
día típico en la vida de Rousey incluye tres sesiones de entrenamiento,
que abarcan desde lucha y boxeo hasta natación y carreras en dunas. Dice
que su plan es retirarse invicta, aunque su cuerpo le está pasando la cuenta:
le han practicado cuatro cirugías de rodilla, tiene indicios de artritis en el
cuello y varias fracturas de pie. “Por ahora, me enfoco en mi pelea con Holly
Holm, que será en noviembre en Australia. Todavía no tengo 30 años y siento que
me quedan peleas en mi interior. Estoy abierta a todas las posibilidades”,
afirma.
Una
de esas opciones es tomar por asalto la pantalla grande, tal como lo hizo Gina
Carano, otra estrella de las artes marciales mixtas que hoy actúa en cintas
como Deadpool. Tras aparecer en filmes como The Expendables 3 y Rápidos
y Furiosos 7, ahora se prepara para protagonizar una cinta basada en su
autobiografía My Fight/Your Fight.
-¿Cómo ve su futuro en el cine?
Disfruto
mucho filmando películas. Tras la pelea en Australia, voy a filmar Mile 22
con Mark Wahlberg en Yakarta. Es mi primer rol protagónico, así que es un gran
paso en términos de responsabilidad.
-¿Logra relajarse con una agenda tan apretada?
En
mi tiempo libre me siento en mi sillón y abrazó a mi perro. Me gusta ver
documentales de naturaleza, cosas sobre el planeta Tierra, sobre el universo,
cualquier cosa sobre Física. Soy una gran nerd.
-¿Cómo maneja su relación con los hombres? ¿Se acercan o son
distantes?
Hace
mucho tiempo que no conozco a un hombre que no sepa que soy peleadora. Aunque
hace poco viví una situación interesante cuando un soldado me invitó, vía
Facebook, al Baile de los Marines. Me pareció que el video era lindo y me
sorprendió lo viral que se volvió. Soy algo tímida cuando se trata de citas,
pero finalmente acepté salir con él.
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