Isla
fue de fantasía
El lateral
volvió a recuperar su alto nivel justo cuando más lo necesitaba Sampaoli.
Anoche pagó con un golazo.
C. Caamaño / 25/06/2015 -
00:54
Jorge Sampaoli
lo esperó más de un año. Lo aguantó incluso cuando más se le pedía un
cambio en esa zona. Lo resguardó hasta en los momentos más duros, cuando no jugaba en
Inglaterra. Confió como si se tratara de su propio hijo, imaginando que
algún día despertaría de su letargo futbolístico.
Y un día
Mauricio Isla, el personaje en cuestión, reapareció. Como si la máquina del tiempo hubiese puesto
marcha atrás, el lateral volvió por sus fueros, como en la época de Marcelo
Bielsa, con quien tuvo sus mejores pasajes en la Selección. Ante Uruguay, el
Huaso no sólo fue el autor del gol de la clasificación a semifinales, un
grito que se le venía negando en la Roja desde el 2 de septiembre de 2011. Además
regaló una actuación digna del mejor especialista brasileño, los dueños
mundiales de la banda.
Ya en la fase grupos, el jugador fue de los más
regulares. No importó si arrancó como titular o como circunstancial carrilero.
Bien físicamente, pero sobre todo mentalmente, Isla siempre se mostró como
alternativa de ataque atractiva, mejorando un ítem en el que venía fallando
casi siempre en el último año, que era el de la terminación de la jugada.
"Ha hecho
una gran Copa América. Para mí, en los cuatro partidos fue importante. Me pone
muy contento su recuperación y estas actuaciones que ha tenido", subrayó
Sampaoli, sintiendo en parte como propio este nivel del jugador que pertenece a
Juventus, pero que de algún modo sabe que estos partidos bien podrían llevarlo
a un destino donde sepan valorarlo, como en la Roja.
En el primer
tiempo corrió como nadie la franja derecha, dejando una carretera en cada
arranque. Siempre se mostró como variante para Vargas y Vidal, quienes se
movían preferentemente por el costado derecho. Si no fue más preponderante el lateral fue
porque muchas veces no tenía tantas alternativas de pase o por la gran
organización defensiva de Uruguay, que muchas veces acumulaba hasta siete
hombres dentro de su área.
En el
complemento, siguió buscando espacios pegado a la línea. Pero como no
encontraba situaciones favorables para resolver, le hizo caso a Sampaoli y
comenzó a aparecer como interno.
Así fue como
quedó a tiro de gol, en el minuto 81, para escribir el final de esta historia
feliz. Recibe de Valdivia y con un derechazo seco, batió a Muslera. Grito del alma,
clasificación a semifinales y todo Chile intentando abrazarlo. Así lo soñó
Sampaoli, para que todo terminara en la Isla de la Fantasía.
Del Blog: CHÍ CHÍ CHÍ, LÉ LÉ LÉ, ¡VIVA CHILE!
¡Merecidamente!
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