Santiago
La ciudad de Santiago fue fundada el 12 de febrero
de 1541. Más de 350 años son historia que transcurre dentro del territorio de
esta comuna; y los últimos 95 han sido, básicamente, expansión residencial,
referida funcionalmente a su centro. La historia de la comuna es la historia de
la ciudad.
La ciudad funcional del siglo XVI ya define
geográficamente lo que es hasta hoy el corazón mismo de la metrópolis y del
país. Se sitúa a los pies del cerro Santa Lucía entre definidos límites
naturales, Río Mapocho y Cañada, con su centro político, administrativo y
social en la Plaza de Armas. Este núcleo crece ordenadamente hacia el poniente,
en un esquema que satisface sus necesidades por tres siglos.
La Constitución de la República de 1810, al
designar a Santiago como su Capital y centro de funciones políticas y
administrativas -junto con su apogeo económico- lo someten a un proceso de
rápido crecimiento que desborda sus límites de Río, Cerro y Cañada. Éstos dejan
de ser "límites de Ciudad" para constituirse en "Bordes de
Centro", definiendo por primera vez una periferia preferentemente
residencial, y un centro de creciente densidad y complejidad funcional.
Su núcleo concentra, cada vez más intensamente, los
poderes administrativos, políticos, culturales y de transporte. Con la
construcción de importantes nodos complementarios: Biblioteca Nacional, Museo
de Bellas Artes, Congreso, Estación Mapocho, se amplía su territorio más allá
de la Plaza de Armas.
Avanzando en el siglo, se crean grandes complejos
recreativos en los bordes, los cuales afirman una centralidad para el
territorio total de la ciudad, noción que define hasta hoy la naturaleza de la
comuna de Santiago. Esta ciudad ilustrada de fines de siglo, cada vez más
compleja y socialmente diversa, tenía 250 mil habitantes.
La ciudad de siglo XX se caracteriza por un enorme
aumento poblacional, el cual, junto con el desarrollo del transporte y la
industrialización, acusan un crecimiento sin precedentes en la ciudad de
Santiago. En este siglo, la ciudad salta los límites creados por el ferrocarril
y los grandes parques, pero sin integrarlos como elementos mediadores, marcando
así una discontinuidad entre la nueva periferia y la ciudad del siglo XIX.
La comuna de Santiago y esta nueva periferia
constituyen aún una unidad, que refuerza el rol central de la comuna y del
centro: se vive en la periferia, pero se trabaja, se toman decisiones, se
negocia, se estudia, se compra y se recrea en el centro.
En el núcleo central se multiplica la actividad
comercial, de negocios, de servicios y de equipamiento para servir a la
creciente población. Las vías de transporte que conectan la comuna y periferia
se desarrollan como corredores comerciales y de servicios que definen el
carácter mixto de sus barrios.
En las últimas décadas se afirma, además, un
proceso de progresiva estratificación: un "centro" de máxima
concentración de actividad, en contraposición al proceso de deterioro de
barrios que asumen, paulatinamente, usos de soporte y servicios a las
actividades del centro mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario